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domingo, 8 de mayo de 2016

Martina, una bruja con glamur


¿Puede un sueño hacerse realidad? ¿Puede la realidad resultar siendo un sueño?

Un día, como tantos otros, me encontraba haciendo garabatos en un trozo de papel. Mis trazos suelen terminar transformados en muñecas en las que predomina toda la dulzura que soy capaz de transmitirles con cuatro rallas sin orden ni concierto.

Aquel día la muñequita que acababa de esbozar tenía pelo rizado, una flor en la mano, y se llamaba Martina. No preguntéis por qué elegí ese nombre. Simplemente ella tenía cara de Martina y estaba llamada a jugar un papel importante en algo. ¿En qué? Aun no lo sabía. No había historia para una niña pelirroja (algo más se iba conociendo,  Martina era pelirroja) en mente… Por lo pronto ese papel pasó a mi scanner y de allí al PC. Abrí un programa de retoque y comencé, con la imprecisión que da el ratón,  a jugar con Martina.




En algún lugar de mi ordenador tengo guardadas varias historias para  niños,  y una de ellas pedía a gritos salir a la luz. Se trataba de una brujita inconformista y (¿casualidad?) con aspecto dulce, pelo rizado y pelirroja.
Entonces el dibujo de la niña perdió su flor y ganó un sombrero,  una capa de bruja y una brocha… ¿Para qué?
La historia  olvidada ahora tenía su personaje y mi muñequita tenía su historia.
 Ha pasado el tiempo. Ha habido muchos vaivenes. He caído y me he levantado.  El miedo y la incertidumbre como compañeros de viaje me llenaron de dudas y temores. Pero hoy, con orgullo y alegría, os comunico que Martina  ya está entre nosotros.

 


Montse